Para adolescentes y adultos jóvenes: prevención del cáncer
Es posible que conozcas a alguien que ha tenido cáncer. Es una enfermedad que impacta a millones de personas en el mundo todos los días. Pero, como adolescente o adulto jóven, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir el riesgo de contraer cáncer. Estos hábitos también te ayudarán a ser tu versión más sana.
Nutre tu cuerpo
Una alimentación saludable es una de las mejores maneras de construir una base sólida para tu cuerpo. Dicho esto, comprar productos frescos o proteínas de alta calidad no siempre es posible dentro de tu presupuesto. Esto está bien. Haz lo mejor que puedas para alimentar tu cuerpo con los alimentos que están disponibles para ti. Prueba lo siguiente:
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Come una variedad de verduras y frutas coloridas. Asegúrate de incluir vegetales de hojas verde oscuro. Concéntrate en proteínas magras como aves, pescado, tofu, frijoles y nueces. Incluye también cereales integrales en tu dieta.
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Reduce el consumo de azúcar, sal y alimentos procesados. Las dietas ricas en azúcar y alimentos procesados se han relacionado con el cáncer. Limita las carnes de res y procesadas, como las carnes envasadas y charcutería. Sin embargo, aún puedes disfrutar de tus delicias favoritas de vez en cuando.
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La hidratación es muy importante. Limítate al agua y otras bebidas que no tengan mucha azúcar, cafeína y otros aditivos añadidos.
Evita el tabaco y el alcohol
Los adolescentes y adultos jóvenes pueden experimentar con el tabaco y el alcohol. Sin embargo, es mejor evitar el alcohol, los cigarrillos, los cigarrillos electrónicos y el vapeo. Además del tabaco de los cigarrillos, todos estos productos incluyen diferentes mezclas de sustancias químicas potencialmente tóxicas que eventualmente pueden provocar cáncer. El alcohol puede tener una variedad de efectos secundarios negativos y aumentar el riesgo de enfermedades como el cáncer. Si actualmente fumas o consumes alcohol, habla con tu proveedor para que te ayude a dejar de fumar.
Disfruta de la actividad física regular
Intenta incluir algún tipo de movimiento en tu vida diaria. La actividad física tiene muchos beneficios para la salud relacionados con la reducción del riesgo de ciertos cáncer. Algunos ejemplos incluyen regular tus hormonas y fortalecer su sistema inmunitario.
No es necesario practicar un deporte difícil ni hacer ejercicio durante horas seguidas. Sigue estas sugerencias:
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Los adolescentes deben hacer al menos 1 hora de ejercicio al día. Los adultos deben intentar realizar al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada cada semana. Puedes dividir esto en cantidades más cortas varias veces por semana.
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Puedes caminar, correr, bailar, practicar un deporte de equipo, unirte a una clase de ejercicios, andar en bicicleta o hacer yoga en casa. Todo movimiento sirve
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Concéntrate en la actividad física que disfrutes y que realmente desees realizar. Bonus: Además de ayudar a prevenir el cáncer, el movimiento físico alivia el estrés.
Protégete del sol
Pasar tiempo al aire libre beneficia el cuerpo y la mente. Pero es importante tomarse en serio la protección solar. Broncearse o quemarse con el sol ocasionalmente puede parecer inofensivo. Sin embargo, la exposición a los rayos ultravioleta del sol puede provocar cáncer de piel. Para protegerte, prueba lo siguiente:
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Ponte protector solar con regularidad. Usa protector solar de amplio espectro con al menos 30 FPS.
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Usa un sombrero.
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Quédate en la sombra.
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Usa ropa de manga larga y pantalones que cubran tus brazos y piernas.
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Evita pasar demasiado tiempo al aire libre cuando el sol es más fuerte. Por lo general, esto es de 10 a. m. a 4 p. m.
Informa cualquier cambio en la piel o los lunares a tu proveedor de atención médica de inmediato.
Las personas con cabello, piel y ojos más claros tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel. También lo son las personas con antecedentes familiares de cáncer de piel. Sin embargo, cualquiera puede contraerlo.
Mantente alejado también de las camas solares y las lámparas solares. Son tan peligrosas como la exposición solar a largo plazo.
Mantente en tu peso objetivo
La obesidad y el sobrepeso están relacionados con un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Pregúntale al proveedor de atención médica cuál es el peso ideal para ti. Tu proveedor puede ayudarte a alcanzar o mantener ese peso.
Ten relaciones sexuales seguras
Si eres sexualmente activo, es importante limitar el número de parejas sexuales y utilizar prácticas sexuales seguras. El virus del papiloma humano (VPH) es una infección de transmisión sexual común que puede aumentar el riesgo de padecer muchos tipos de cáncer, como el de cuello uterino, de pene, anal, vulvar y oral. Los condones brindan cierta protección contra el VPH, pero no pueden brindar una protección completa. El VPH se puede transmitir a través del contacto piel a piel con cualquier área del cuerpo que esté infectada con el VPH. Limitar el número de parejas sexuales puede ayudar a reducir el riesgo de contraer el VPH.
Visita a un proveedor de atención médica con regularidad
No te saltes los chequeos periódicos con tu proveedor de atención médica. Ver a un proveedor puede sentirse estresante y aterrador. Pero es una gran oportunidad para observar mejor lo que sucede dentro de tu cuerpo. Los análisis de sangre y otras pruebas también pueden ayudarte a ver lo que está pasando. También puedes hablar sobre inquietudes de salud nuevas o actuales y hacer preguntas. Tu proveedor también te hablará sobre las vacunas o exámenes de detección de cáncer que sean adecuados para ti. Por ejemplo, la vacuna contra el VPH puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar VPH y ciertos tipos de cáncer.
Si no tienes un proveedor de atención médica, ahora es un buen momento para comenzar a consultar a uno. Pide recomendaciones a tus amigos y familiares. O llama a tu departamento de salud, hospital o clínica local para ver qué proveedores aceptan nuevos pacientes. También puedes visitar una clínica de salud local que ofrezca atención gratuita o a un costo reducido.
Adopta hábitos positivos que duren
En la adolescencia y la juventud es cuando empiezas a ser más independiente de tus padres. Estar a cargo de tu propia vida puede resultar empoderador y emocionante. También puede sentirse abrumador. Esto es especialmente cierto si es la primera vez que estás a cargo de algo tan importante como tu salud. Sigue los consejos de este artículo para desarrollar hábitos sencillos y sostenibles. Puedes adoptarlos de por vida y reducir tu probabilidad de desarrollar enfermedades como el cáncer cuando envejeces.