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Bronquiolitis

La bronquiolitis es una inflamación en los pulmones. Afecta los pequeños conductos respiratorios (bronquiolos). Es más común en los niños menores de 2 años. Los niños suelen recuperarse a los pocos días. Pero, en algunos casos, la bronquiolitis puede dar lugar a enfermedades más graves. Por eso, los niños que tienen esta infección pulmonar deben recibir tratamiento y estar bien vigilados. Bronquiolitis no es lo mismo que bronquitis. La bronquitis es una infección de las vías respiratorias centrales más grandes.

Imagen frontal de un bebé con la cabeza girada, donde se aprecian su anatomía respiratoria. El recuadro muestra un primer plano de los bronquiolos y los alvéolos.

¿Qué es la bronquiolitis?

Es una infección que compromete las vías respiratorias pequeñas de los pulmones. La causa más común es el virus respiratorio sincitial, pero también puede deberse a otros virus. El virus provoca que los pequeños bronquiolos se inflamen, se hinchen y se llenen de líquido. En los niños pequeños, esto puede llevar a dificultad para respirar y para alimentarse. Los síntomas iniciales de la bronquiolitis son los mismos que los del resfriado común. Estos incluyen congestión y goteo nasal, estornudos y tos suave. Después de algunos días, pueden aparecer sibilancias, dificultad para respirar y fiebre.

Tratamiento de la bronquiolitis

No se usan antibióticos para tratar la bronquiolitis, a menos que haya una infección bacteriana presente. Es posible que el proveedor de atención médica le recete gotas de agua salada para la nariz a fin de ayudar a eliminar la mucosidad. En casos graves, es posible que sea necesario que el niño permanezca en el hospital. Su hijo puede recibir líquidos, oxígeno y tratamientos respiratorios por vía intravenosa.

¿Cómo puedo prevenir la propagación de la bronquiolitis? 

Los virus que causan la bronquiolitis se propagan fácilmente. Pueden propagarse por el tacto, la tos o los estornudos. Para evitar que se propague la infección, haga lo siguiente:

  • Lávese las manos a menudo con agua tibia y jabón. O use limpiadores de manos a base de alcohol. Hágalo antes y después de tocar a su hijo, antes y después de preparar alimentos y antes y después de tratar una herida. También debe lavarse las manos después de cambiar pañales, de toser o estornudar, de usar el baño, tocar la basura o acariciar o alimentar a una mascota.

  • Frótese las manos al menos durante 20 segundos con agua corriente limpia y jabón. Si necesita medir el tiempo, tararee la canción de feliz cumpleaños dos veces. Asegúrese de lavarse el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas. Séquese bien las manos.

  • Enseñe a otros miembros de la familia y a los cuidadores cómo lavarse las manos adecuadamente. Haga que las personas se laven las manos antes de tocar a su bebé.

  • Mantenga a su hijo alejado de otros niños mientras estén enfermos.

  • No comparta vasos ni utensilios con nadie que esté enfermo.

Cuándo llamar al proveedor de atención médica

Llame de inmediato al proveedor de atención médica de su hijo si le sucede lo siguiente:

  • Tiene síntomas que empeoran

  • Tos seca, persistente o con sonidos de silbido

  • Se niega a beber líquidos o parece deshidratado (por ejemplo, no orina en 8 horas, no tiene lágrimas al llorar, ojos "hundidos" o boca seca)

  • Parece demasiado cansado cuando trata de respirar

  • Tiene fiebre (consulte "La fiebre y los niños", a continuación)

Cuándo llamar al  911

Llame al  911 de inmediato si su hijo presenta alguna de las siguientes situaciones:

  • Respira más rápido de lo normal, o tiene sibilancias o silbidos al respirar

  • Le cuesta despertarse

  • No puede hablar o tragar

  • Tiene dificultad para respirar

  • Tiene la piel o los labios azules, morados o grises

La fiebre y los niños

Use un termómetro digital para tomar la temperatura de su hijo. No use un termómetro de mercurio. Hay termómetros digitales de distintos tipos y para usos diferentes. Por ejemplo:

  • En el recto (rectal). En los niños de menos de 3 años, la temperatura rectal es la más precisa.

  • En la frente (lóbulo temporal). Sirve para niños de 3 meses en adelante. Si un niño de menos de 3 meses tiene signos de estar enfermo, este tipo de termómetro se puede usar para una primera medición. Es posible que el proveedor quiera confirmar la fiebre tomando la temperatura rectal.

  • En el oído (timpánica). La temperatura en el oído es precisa a partir de los 6 meses de edad, no antes.

  • En la axila (axilar). Este es el método menos confiable, pero se puede usar para una primera medición a fin de revisar a un niño de cualquier edad que tiene signos de estar enfermo. Es posible que el proveedor quiera confirmar la fiebre tomando la temperatura rectal.

  • En la boca (oral). No use el termómetro en la boca de su hijo hasta que tenga al menos 4 años.

Use el termómetro rectal con cuidado. Siga las instrucciones del fabricante del producto para usarlo de forma adecuada. Colóquelo con cuidado. Etiquételo y asegúrese de no usarlo en la boca. Podría transmitir gérmenes de las heces. Si no se siente cómodo usando un termómetro rectal, pregunte al proveedor de atención médica qué otro tipo puede usar. Cuando hable con el proveedor de atención médica sobre la fiebre de su hijo, infórmele qué tipo de termómetro usó.

A continuación, encontrará valores de referencia que lo ayudarán a saber si su hijo tiene fiebre. Es posible que el proveedor de atención médica de su hijo le dé valores diferentes. Siga las instrucciones específicas que le dé el proveedor.

Medición de temperatura en un bebé menor de 3 meses:

  • Primero, pregunte al proveedor de atención médica de su hijo cómo debe tomarle la temperatura.

  • En el recto o en la frente: 100.4 °F (38 °C) o superior

  • En la axila: 99 °F (37.2 °C) o superior

Medición de temperatura en un niño de 3 a 36 meses (3 años):

  • En el recto, la frente o el oído: 102 °F (38.9 °C) o superior

  • En la axila: 101 °F (38.3 °C) o superior

Llame al proveedor de atención médica en los siguientes casos:

  • Picos de fiebre reiterados de 104 °F (40 °C) o superior en un niño de cualquier edad

  • Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior en un bebé de menos de 3 meses

  • Fiebre que dura más de 24 horas en un niño menor de 2 años

  • Fiebre que dura 3 días en un niño de 2 años o más

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