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Las muelas del juicio: el plan de tratamiento

Si es probable que una o más de las muelas del juicio le causen problemas, el cirujano podría recomendar la extracción. Esto puede aliviar los síntomas y proteger su salud dental. En algunos casos, podrían recomendarle que espere o que pruebe primero otros tratamientos.

Un dentista conversa con una mujer en el sillón odontológico.

A menudo se recomienda la extracción temprana

El cirujano podría aconsejarle que se saque las muelas del juicio ahora, aunque no tenga síntomas. Esto es porque las raíces de estas muelas maduran y se unen con firmeza al hueso con el paso de los años. Con el tiempo, la extracción se hace más difícil. También aumenta el riesgo de complicaciones. Además, las personas tienden a sanar más lento a medida que envejecen.

Podría haber otras opciones disponibles

A veces, no se recomienda la extracción de las muelas del juicio por la posición de sus raíces. O podría no recomendarse la cirugía debido a otro problema de salud. Las siguientes son otras opciones:

  • Seguimiento frecuente. Pueden hacerle exámenes y radiografías periódicamente para buscar signos de complicaciones.

  • Medicamentos. Pueden usarse medicamentos para controlar algunos de los síntomas y tratar infecciones.

  • Cirugía menor. En algunos casos, la situación puede mejorar con un procedimiento, como la eliminación del tejido de las encías que cubre la muela (operculectomía).

Riesgos de la extracción de las muelas del juicio

Toda cirugía tiene riesgos. Los riesgos de la extracción de muelas del juicio dependen de la edad de la persona y de la posición de las muelas. Hable con el cirujano para asegurarse de que entiende el procedimiento y los posibles riesgos. Los riesgos pueden incluir los siguientes:

  • Articulaciones y músculos adoloridos. Después de la extracción es normal tener dolor, moretones o hinchazón en la mandíbula. También pueden surgir problemas con la articulación de la mandíbula o dificultades para abrir la boca por completo. Estos problemas suelen desaparecer en 1 a 2 semanas. Pero a veces tardan más y requieren tratamiento.

  • Alveolo seco. Después de la cirugía, el lugar de la extracción se llena con un coágulo de sangre. El coágulo se puede disolver o desprender muy pronto después de la cirugía, causar dolor y retardar la recuperación. El alveolo seco se trata aplicando un vendaje especial.

  • Infección. Suele tratarse con antibióticos o drenando el sitio infectado.

  • Sangrado. Por lo general, los sangrados menores se detienen con presión. Siga las instrucciones del cirujano.

  • Efectos secundarios de la anestesia. La sedación o la anestesia general pueden provocar náuseas, dolor de garganta y otros efectos secundarios.

  • Problemas de la cavidad nasal. Durante la cirugía, se podría penetrar la cavidad nasal maxilar. Y podría requerir más tratamientos.

  • Lesión de los nervios. Esto puede producir la pérdida del gusto. También puede generar zonas de entumecimiento, hormigueo o dolor en dientes, muelas, encías, lengua o labios. En la mayoría de los casos el nervio se cura con el tiempo. Pero a veces se necesita tratamiento adicional.

  • Debilidad en la mandíbula. Si se saca tejido óseo, el maxilar puede ser más propenso a las fracturas.

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