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Si su hijo tiene un neuroblastoma

¿Qué es el neuroblastoma?

El neuroblastoma es un tipo de cáncer infantil poco frecuente. Es el tipo más común de cáncer en niños, pero aún así es muy poco frecuente.

Comienza en células nerviosas inmaduras afuera del cerebro. En la mayoría de los casos, este cáncer comienza en las glándulas suprarrenales. Estas glándulas se encuentran en la parte superior de los riñones. También puede comenzar en el tejido nervioso cerca de la columna vertebral en el abdomen, el pecho, el cuello o la pelvis.

A medida que las células cancerosas se multiplican y se dividen, forman un tumor. Pueden propagarse (hacer metástasis) a otras partes del cuerpo. El neuroblastoma puede llegar a los pulmones, el hígado, los huesos, la médula ósea o los ganglios linfáticos. También puede alcanzar la zona que está detrás de los ojos. En los bebés, puede llegar hasta debajo de la piel.

El neuroblastoma puede aparecer en niños de cualquier edad. Aunque en la mayoría de los casos aparece en niños de 5 años o menos. A veces, el tumor puede verse en una ecografía antes de que el bebé nazca. Existen distintos tipos de tratamiento que ayudan a reducir el tumor y a que su hijo se sienta mejor. El equipo de atención médica del niño colaborará de cerca con usted para tomar decisiones sobre su tratamiento.

Contorno de un niño donde se pueden ver la columna vertebral, los nervios, las glándulas suprarrenales y los riñones.
El neuroblastoma suele formarse inicialmente en las glándulas suprarrenales. También puede comenzar en los nervios que están unidos a la columna vertebral. Se llaman nervios simpáticos.

¿Cuáles son las causas del neuroblastoma?

El neuroblastoma ocurre cuando los genes en una célula cambian o sufren daños (mutaciones). Esto permite que las células se multipliquen y dividan de manera descontrolada. Los expertos no saben a qué se debe esta afección. Estas alteraciones genéticas se presentan al azar. No hay manera de prevenirlas.

En muy pocos casos, el niño tiene antecedentes familiares de este tipo de tumor.

¿Cuáles son los síntomas del neuroblastoma?

Los síntomas más comunes del neuroblastoma se producen cuando el tumor ejerce presión sobre los tejidos cercanos o se propaga hacia los huesos. Los síntomas dependen del lugar de origen del tumor.

Entre los más comunes se encuentran los siguientes:

  • Hinchazón del estómago

  • Color oscuro alrededor de los ojos

  • Dolor de huesos

  • Ojos saltones

  • Bulto en el abdomen, el cuello o el pecho

  • Dificultad para respirar

  • Estreñimiento

  • Problemas para orinar

  • Bultos azules indoloros debajo de la piel

  • Debilidad en cualquier parte del cuerpo o imposibilidad de moverla

Los siguientes son algunos de los síntomas menos frecuentes:

  • Fiebre

  • Párpado caído con pupila pequeña

  • Ritmo cardíaco acelerado

  • Sangrado y moretones que se producen fácilmente

  • Presión arterial alta

  • Diarrea intensa y acuosa

  • Movimientos incontrolables de los ojos y fasciculaciones (temblores) musculares bruscos, que también se denominan "síndrome de ojos o de pies bailarines"

Muchos de estos síntomas pueden ser causados por otros problemas de salud. Si observa estos síntomas, es importante que lleve al niño a un proveedor de atención médica. Solo este profesional puede determinar si su hijo tiene cáncer.

¿Cómo se diagnostica el neuroblastoma?

El proveedor de atención médica de su hijo le hará una exploración física y un examen neurológico. Le preguntará sobre la historia clínica y los síntomas del niño. También es posible que su hijo necesite hacerse pruebas, como las siguientes:

  • Análisis de orina o sangre. Se realizan para buscar determinadas sustancias químicas en la sangre y en la orina. También permiten conocer el funcionamiento de determinados órganos.

  • Pruebas de diagnóstico por imágenes. Sirven para obtener imágenes detalladas del interior del cuerpo de su hijo. Algunas de estas pruebas son la radiografía, la resonancia magnética (RM), la tomografía computarizada (TC), la tomografía por emisión de positrones (TEP) y la ecografía. Sirven para descubrir dónde está el tumor, su tamaño y si el cáncer se ha propagado.

  • Biopsia. Se realiza para extraer muestras diminutas de tejido de un tumor. Estas muestras se analizan en un laboratorio para determinar si hay células cancerosas y obtener más información sobre el tumor.

  • Aspirado y biopsia de médula ósea. Para hacer esta prueba, se extraen pequeñas piezas de hueso y médula ósea de la parte posterior del hueso de la cadera. Se los analiza para determinar si el cáncer se ha propagado a la médula ósea.

Estadificación y gradación del neuroblastoma

La estadificación es el proceso con el cual se evalúa el tamaño del cáncer y en qué medida se propagó. La mayoría de los tipos de cáncer se estadifican según su propio sistema. Estos tumores se clasifican con el Sistema Internacional de Clasificación de Neuroblastomas (INSS, por su sigla en inglés) en una escala de 1 a 4:

  • El estadio 1 es el cáncer temprano, que es pequeño y no se ha propagado. Para el neuroblastoma, el estadio 1 significa que el tumor está en un solo lugar, se puede ver con claridad y extirparse mediante una cirugía.

  • Los estadios 2 y 3 son más complejos. El tumor es más difícil de extirpar y es posible que las células cancerosas se hayan propagado a los ganglios linfáticos cercanos.

  • El estadio 4 significa que las células cancerosas del tumor se propagaron a otras partes del cuerpo, como los ganglios linfáticos distantes, el hueso, la médula ósea, el hígado, los pulmones, la piel u otros órganos.

La gradación se usa para describir qué tan anormal es el aspecto de las células cancerosas con respecto a otras sanas. Cuanto más anormales son, más rápido crecen.

La estadificación y la gradación ayudan al equipo de atención médica a planificar el tratamiento para su hijo.

El equipo de atención médica también considera lo siguiente:

  • La ubicación del tumor primario

  • Cambios genéticos encontrados en las células cancerosas

  • La edad de su hijo

  • La cantidad de tumor que se puede extirpar con una cirugía

  • Los posibles efectos secundarios del tratamiento

  • El estado de salud general del niño

  • Las opciones y preferencias

El equipo de atención médica de su hijo le dará más información sobre el estadio y el grado del cáncer de su hijo, y qué implican en su caso. Consulte al proveedor de atención médica si tiene alguna duda sobre los detalles del cáncer de su hijo.

¿Cómo se trata el neuroblastoma?

Su hijo será atendido por distintos tipos de proveedores de atención médica que se especializan en el cuidado de niños con cáncer. Es posible que su hijo deba ver a los siguientes profesionales:

  • Cirujano o neurocirujano pediátrico

  • Especialista en cáncer pediátrico (oncólogo)

  • Endocrinólogo

  • Neurólogo

  • Neurorradiólogo

  • Pediatra

  • Trabajador social, consejero o psicólogo

El objetivo del tratamiento es quitar y destruir las células cancerosas. El tratamiento que recibirá su hijo dependerá del tipo y del estadio del tumor que tenga.

Estos tratamientos pueden utilizarse para el neuroblastoma:

  • Espera en observación. Los bebés menores de 6 meses pueden no necesitar tratamiento si tienen tumores pequeños y no presentan síntomas. Algunas veces los tumores desaparecen solos. Si los tumores comienzan a crecer, puede iniciarse el tratamiento.

  • Cirugía. Se realiza para extirpar la totalidad o una parte del tumor. Puede ser el único tratamiento necesario o, más a menudo, se realiza junto con otros tratamientos.

  • Quimioterapia (quimio). Es el uso de medicamentos fuertes para destruir las células cancerosas. La mayoría de los niños con neuroblastomas reciben quimioterapia. Es posible que se use más de un tipo de medicamento de quimioterapia. La quimio se administra por vía intravenosa, mediante un catéter que se introduce en una vena de un brazo o del pecho. Puede usarse antes o después de la cirugía como tratamiento principal.

  • Radioterapia. Se emplean rayos X de alta energía para destruir células cancerosas y reducir el tumor. No se utiliza habitualmente, pero puede formar parte del trasplante de células madre.

  • Trasplante de células madre. Este tratamiento permite a los proveedores de atención médica utilizar altas dosis de quimioterapia para destruir las células cancerosas. Estas dosis también matan las células madre sanas de la médula ósea, donde se producen los glóbulos. Las células madre trasplantadas son necesarias para reconstruir la médula ósea después de la quimioterapia. Es un procedimiento serio. Puede ser una opción para los neuroblastomas en estadio avanzado o de crecimiento rápido.

  • Tratamiento con retinoides. Estos medicamentos están relacionados con la vitamina A. Podrían utilizarse después del trasplante de células madre para evitar que el cáncer vuelva a aparecer.

  • Inmunoterapia. Estos medicamentos ayudan al sistema inmunitario de su hijo a detectar y destruir las células cancerosas. Pueden utilizarse junto con la terapia de retinoides después del trasplante. También pueden utilizarse para tratar a los niños mayores de 1 año que tienen un cáncer en los huesos o en la médula ósea que deja de responder a otros tratamientos o que reaparece después del tratamiento.

La mayoría de los niños con cáncer reciben el tratamiento como parte de un ensayo clínico. Estos son estudios de investigación que buscan tratamientos nuevos y mejores contra el cáncer. Permiten que los niños reciban tanto los tratamientos estándares que se usan en la actualidad como los tratamientos nuevos que pueden incluso funcionar mejor.

Atención de apoyo

Durante el tratamiento del cáncer, el niño también recibirá cuidados de apoyo. El objetivo de la terapia es lograr lo siguiente:

  • Aliviar los síntomas y los efectos secundarios del cáncer y del tratamiento

  • Proteger a su hijo de las infecciones

  • Prevenir las molestias y el dolor

  • Mantener los recuentos sanguíneos en un rango saludable

Es posible que su hijo reciba lo siguiente:

  • Antibióticos: ayudan a prevenir y combatir las infecciones

  • Medicamentos contra las náuseas y otros: ayudan a aliviar los efectos secundarios del tratamiento

  • Transfusiones de sangre: se hacen para recuperar los glóbulos que se destruyeron con el tratamiento. Se toma la sangre de un donante y se la conserva hasta que sea necesaria.

Atención a largo plazo

El tratamiento para combatir el neuroblastoma puede ser duro para el cuerpo del niño. Puede ser necesaria la fisioterapia para que el cuerpo funcione normalmente después del tratamiento. La quimioterapia y la radiación también pueden causar algunos problemas a largo plazo. Por ejemplo, daños en ciertos órganos, retrasos en el crecimiento, dificultades de aprendizaje, problemas de fertilidad y pérdida de audición. Su hijo puede tener un mayor riesgo de padecer otro cáncer más adelante.

Será necesario controlar la salud de su hijo durante el resto de su vida. El seguimiento a largo plazo puede incluir visitas a clínicas, pruebas de audición, análisis de sangre, pruebas de diagnóstico por imágenes y ecografías del corazón.

Busque apoyo

Tener un hijo con cáncer puede ser aterrador y confuso. Recuerde que no está solo. El equipo de atención médica de su hijo colaborará con usted durante la enfermedad y atención de su hijo. También es posible que desee buscar otro tipo de apoyo. Esto lo puede ayudar a sobrellevar los posibles cambios provocados por el cáncer en su familia. Comuníquese con estas organizaciones para obtener información y recursos:

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